miércoles, 30 de abril de 2014

Ocho apellidos vascos y la idiotez del espectador

Soy idiota. Formo parte de esa masa de más de seis millones de espectadores que aprovechó la fiesta del cine para ver Ocho apellidos vascos. Era una oportunidad de ir al cine por 2.90 euros y no torturarte por el sablazo. Las condiciones no fueron buenas: una cola interminable, una masa incívica que se lanzaba de cabeza a la sala de cine, tercera fila, personas mal educadas comiendo patatas, dando sorbos a su refresco y hablando como verduleras, esas circunstancias que se dan en películas de alta carga promocional. No fue agradable; respecto a la película, bueno, no estubo mal pero no cubrió las expectativas. De hecho me sigue sorprendiendo que la taquilla siga engordando cual arca perdida.



La de Lázaro es divertida, habla de nosotros -los españoles-, retrata el conflicto entre las diferentes comunidades autónomas y sus respetivas lenguas de una manera distendida y no lo hace mal. Encuadrada en el género de comedia cumple con creces en su elenco artístico, con los gags y las referencias a esos topicazos que nosotros mismos sembramos sobre andaluces, catalanes, vascos y el sin fin de culturas nacionales pero no me parece suficiente para este subidón que le ha dado al público.



Que ir al cine está muy bien, que lo bajen de precio también y ver películas nacionales aún más, estoy de acuerdo con todo lo anterior pero no puedo dejar de discrepar cuando los que también la han visto me machacan diciéndome que es una peli cojonuda, que no han visto nada igual, que es lo más de lo más. Pues mira, no. No sé si es justo decir que es un trabajo sobrevalorado porque, justamente, los titulares y comentarios que leo en prensa no salen de los números de taquilla. La noticia es esa pero no estaría de más encontrar un poco de chicha respecto al trabajo en sí.



Si puede presumir de algo es de un guión amable y de unos actores y actrices más que resueltos en sus interpretaciones. No obstante el personaje de Amaia (Clara Lago) se queda a medias entre el activismo y la rebeldía. Y entiendo que quizás no quisieran endurecer el tema del nacionalismo a través de la chica protagonista -ni en toda la película- pero así como vemos una postura refleja de los andaluces con respecto a los vascos no lo vemos igual cuando damos la vuelta a la moneda. No sé si esto es 'no mojarse' o no caer en el dramatismo pero no funciona.



Que los escenarios -espectaculares en origen y poco explotados en el film- dejan bastante que desear, con un pueblo practicamente vacio -Zumaia- del que surge una rebelión independendista de la nada. Que cuando empienza la parte de Dani Rovira y su discurso abertzale te olvidas de lo anterior, si, pero no deja de ser algo difícil de obviar.Y no digo que el País Vasco sea un territorio super poblado en sus zonas más rurales pero parece más un escenario de cartón piedra que una ubicación real. 



Karra Elejalde explicaba en una entrevista a Radio Nacional que el éxito de la película radica en esa forma que su director ha tomado en el guión para contar esos tópicos que los españoles tenemos sobre nosotros mismos. Y parece que es así; en algún momento de la película nos vemos retratados de una u otra manera y eso nos divierte. Insisto en que está muy bien divertirse, pasar un rato en el cine que para eso es entretenimiento pero el elogio del espectador al filme se ha desbordado de tal manera que es irreal. Nueve apellidos catalanes es la secuela de la presente y su director ya está en ello. Perder la oportunidad sería una locura. Muy listo Lázaro.

Lo mejor: Los diálogos de andaluces hablando sobre vascos, Karra Elejalde al completo y Rovira cambiando el acento.

Lo peor: Faltan planos generales de ubicación; la fotografía, el guión y el espectador lo hubieran agradecido.

martes, 1 de abril de 2014

La piedra de la paciencia

Titulo: Siyngue Sabour
Año: 2012
Duración: 98 minutos
País: Afganistan
Director: Atiq Rahimi
Guión: Jean Claude Carrière, Atiq Rahimi
Reparto: Golshifteh Farahani, Hamid Djavadan, Massi Mrovat, Hassina Burgan Género: Drama
Valoración: *****





Si mala hierba nunca muere bien puede venir una piedra para aplastarla. Algo así te puede pasar por la mente en el transcurrir de la historia de dos personajes sin nombre, la mujer y el hombre escritos y dirigidos por Rahimi en este relato fílmico. Pero lejos de toda violencia física, la piedra -paradojicamente- encarna la filosofía que lleva a la protagonista a emprender una declaración de intenciones con su marido, en coma trás una reyerta; un monólogo que descubre la convivencia de una afgana con una sociedad machista, en guerra y corrompida por unos ideales deplorables.




La Piedra de la Paciencia es una denuncia a la sociedad integrista que rodea a la mujer en Afganistan y la respuesta sincera de esta a través de una sexualidad atrapada. La mujer desgrana su vida sometida al régimen patriarcal, su fustigamiento desde que era una niña y su compromiso con el que fue su amo y señor. La vida bajo el burka, la frontera entre la feminidad y el estupor, la realidad y la imposición, el sexo y la servicialidad; el verdadero sentido de la vida de una joven que confiesa sus sentimientos, que ejerce su derecho a mostrarse crítica con los que la obligan a ocultar su rostro.




Con escasos escenarios que se resumen a la guarida del lobo herido, un Kabul debastado por la guerra del que  a duras penas vemos dos calles y el refugio de la mujer adelantada a su tiempo en un país de retrogrados -la tia de la protagonista que cuida de sus hijos mientras ella acude a atender a su marido-; con pocos medios productivos y una dirección traducida a planos que acompasan el diálogo, en ocasiones tan claustrofóbicos como la propia historia, La piedra de la paciencia no puede presumir de una realización notable; su dramatismo destaca en los primeros planos de Farahani y deja el resto en pequeños vacios visuales. 




En lo que respecta a la fotografía parece más casual que buscada la mayoría del tiempo, los días son eternos y las noches fugaces o inexistentes. Un film más de tablas que de moviola en el que el peso del argumento y la actualidad del tema que explora nos conmueve y hace que sigamos atentos sin que parezca interminable. Una dosis de heroismo femenino y una bofetada al sistema totalitarista de Afganistán con un final sorprendente.



domingo, 23 de marzo de 2014

Nymphomaniac: Volumen I y II

Titulo:Nymphomaniac
Año: 2013
Duración: 117 y 119 minutos
País: Dinamarca
Director: Lars Von Trier
Guión: Lars Von Trier
Reparto: Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgard, Stacy Martin, Shia LaBeouf, Christian Slater, Nicholas Bro, Jesper Christensen, Uma Thurman, Caroline Goodall, Kate Ashfield, Saskia Reeves, Jens Albinus, Sophie Kennedy Clark, Mia Goth, Omar Shargawi, Severin Von Hoensbroech
Género: Drama - erótico
Valoración: *****


Como ya adelantábamos en este humilde espacio antes de su estreno, Nymphomaniac prometía polémica, comentarios y mucha controversia. También despertó morbo, comentarios fáciles y un intríngulis que toda película que explore el universo del sexo puede provocar. Von Trier lleva el vicio, el fornicio, la obsesión y la libertad sexual femenina a extremos explícitos a la par de filosóficos, más críticos que contemplativos. El misterioso mundo de la mente, de la religión y esa torpeza del ser por doblegar sus perversiones, obsesión o clave del danés para desgranar en su última obra lo más oculto, molesto y oscuro del hombre en el alma de una supermujer.


Un hombre se encuentra a una mujer malherida en la calle. Este se ofrece a ayudarla llevándola a su casa; es entonces cuando esta decide contarle su vida, desde su infancia -que poco tiene de tierna- hasta la actualidad. La invitada no tarda en declararse como una adicta al sexo. La conversación introduce los capítulos de una vida en la que la posesión sexual era la única tuerca que engranaba cualquiera de las otras cosas que pudieran ocurrir. Dividida en dos partes y sólo exhibida en formato doble en su presentación oficial y algunos festivales, Nymphomaniac son cuatro horas de confesiones narradas sin prejuicios desde un cuarto en el que el flirteo humano se traduce en peces picando el anzuelo y la copulación en complejas fórmulas matemáticas.







El danés hace de su obra una pieza in crescendo, tan intrigrante como envolvente, cruda, inquietante, reflexiva. Charlotte Gainsbourg -Joe- y Stellan Skarsgard -Seligman- conforman una pareja protagonista que se debate entre la moralidad y el estado más primario del ser. Las imágenes bailan en la cabeza del espectador rivalizando entre el bien y el mal, el espasmo del orgasmo y la levedad del ser. Nymphomaniac es una historia compleja contada de la forma más primitiva y descarnada. Puede que les resulte violenta si no están acostumbrados a llamar las cosas por su nombre; aquí un coño es un coño, una polla, una verga, las personas no eyaculan, se corren, y la masturbación es algo tan natural e infantil como chapotear en el agua.



Aquellos que comentaban que existían dos versiones de la misma película: el montaje del director y el de la tontunada, se equivocaban. La censura sería algo totalmente contraproducente e ilógico en Nymphomaniac. Aunque veamos explícitamente penes erectos, clitoris, felaciones y penetraciones reales lo último de Lars, aunque lo roce con la yema de los dedos, no es pornográfico. Tipificada como un drama erótico, el espectador solo debe estar preparado para ver la vida en si misma llevada a los límites del éxtasis del placer, el sufrimiento y la incomprensión.


Varias son las imágenes o momentos que empapó mi memoria, atónita. La lubricación de Joe ante el cuerpo inerte de su padre, recurso muy de Buñuel el del dolor, la muerte y el sexo. Las piernas abiertas de la joven con la cama de su progenitor de fondo y una gota resbalando por una de sus piernas, es probablemente uno de los planos mas bellos de la película después del de Slater y la pequeña Joe traduciendo el lenguaje de los árboles con sus copas en plena agitación; la asociación de adolescentes folladoras rezando su propio credo sexual en el templo elegido para practicar el onanismo en grupo  o el castigador sexual que cobra por horas y controla a sus clientas por su humedad vaginal.

Gainsbourg encarna a una especie de ninfa que reivindica su sexualidad, grita feminismo, se rebela contra el amor y es capaz de crear y construir a medida su propio orgasmo sin avergonzarse por ello. Un no parar de amoralidad, un relato sincero, gradual, que comienza susurrando y avanza a grito pelado, con un final sorprendente.
 

jueves, 6 de marzo de 2014

Barcelona nit d'estiu

Título: Barcelona nit d'estiu
Año: 2013
Duración: 95 minutos
País: España
Director: Dani de la Orden
Guión: Daniel González, Eric Navarro, Eduard Sola
Reparto: Francesc Colomer, Jan Cornet, Joan Dausà, Mar del Hoyo, Laura Díaz, Sara Espigul, Luís Fernández, Marc García Coté, Àlex Monner, Miriam Planas, Jordi Pèrez, Alba Ribas, Santi Ricart, Pau Roca, Mingo Ràfols, Bárbara Santa Cruz, Bernat Saumell, Marta Soler, Elena Tarrats, Cristian Valencia, Claudia Vega, Peter Vives, Laura Yuste 
Género: Comedia romántica
Valoración: *****





¿Puede la visita fugaz de un cometa servir de excusa para trazar seis historias de amor?. Cualquier excusa es buena para emprender la escritura de un proyecto audiovisual y Dani de la Orden y los guionistas de Barcelona nit d'estiu debieron verlo más que claro. Ese es el leivmotiv del film y el nexo de unión de las relaciones sentimentales que confluyen en él pero en realidad es sólo eso, un pretexto para narrar diversas situaciones más o menos cotidianas sobre las relaciones personales: amor adolescente, ex-parejas, padres primerizos, homosexuales, lesbianas y un matrimonio en el que una de sus partes fantasea con un noviazgo anterior.




Trabajo políglota -catalán, castellano, inglés- en el que las lenguas conviven en el escenario de la ciudad condal logrando un mayor entendimiento lingüístico que personal. El montaje coral resulta desequilibrado por el propio interés que suscitan cada uno de los capítulos porque caen facilmente en los tópicos. Los novios del Predictor  y la falta de definición en la relación, la historia de los jovencitos, amable y ligera, la relación en la que hubo fuego y quedan cenizas; desproporcionado porque unas superan -con creces- a otras.



La pareja de gays, con el contexto del fútbol y los prejuicios que suscita dónde meten los goles los delanteros, es el texto que mayor inquietud y trasfondo gana. También el de los novios que ya no lo son, los 'ni contigo ni sin ti'. Ambas interpretadas con mérito dejan a las demás discurrir sin aburrir, mantener el interés, la tensión por el desenlace con cierta incertidumbre pero ya con unos intérpretes faltos de gancho.



Aunque nos regala momentos divertidos como la conversación de los futuros padres en una habitación infantil y el guiño cinéfilo de la hermanastra disfrazada de Mia Wallace la escena no está especialmente cuidada y no aporta al que la ve información sobre unos personajes que lo cubren todo. La película pierde fuerza por momentos y lo aburrido de unos hace esperar a la intriga que plantean los siguientes, de ahí que termine por ser una narración inestable que despierta simpatía pero no ofrece mucho más. Se echan en falta primeros planos con mayor dramatismo, generales que consigan la fuerza que gana la cena de amigos y vistas de un cielo cuanto menos protagonista como el que vemos en la secuencia de la prueba de embarazo.




Barcelona nit d'estiu es una opera prima que empieza su andadura casi paralelamente a su proyecto de fin de carrera -el corto Nadador- con pocos recursos pero que encuentra en el camino colaboraciones decisivas con Sábado Películas -productora de Kike Maillo y Toni Carrizosa-, El Terrat, Televisió de Catalunya y el apoyo de los sellos Filmin y Cameo. Cuenta con referencias confesas a Puzzled love y Una pistola en cada mano o, ya fuera de nuestras fronteras, Love actually. Con la presente de la Orden consiguió ocho candidaturas -mejor película, mejor canción original, mejor dirección de fotografía, mejor dirección novel, mejor guión original, mejor actor revelación y mejor montaje- de las que finalmente no le valio ninguna nominación. El catalán ha dirigido y colaborado en piezas de distinto tipo como videoclips o comerciales para el Primavera Sound o Inditex entre otros.


lunes, 3 de marzo de 2014

El Oscar que no ganó Leonardo Dicaprio

La Real Academia de la Lengua Española define el sustantivo premio como recompensa, galardón o remuneración que se da por algún mérito o servicio. De lo que no nos informa nuestro extenso glosario del castellano es de si la palabra lleva intrínseca en su significado el adjetivo justo. Puesto que damos por hecho de que no es así confieso que son pocos los Oscars justos y muchos los sorpresivos -que no sorprendentes-. 



Ayer Dicaprio volvió a perder la batalla de llevarse la estatuilla a casa. Muchos éramos los que apostábamos por él, para que esta vez y por méritos de sobra el eterno adolescente se hiciera con esa recompensa, pero no pudo ser. Siete veces nominado, cuatro han sido las veces que el rubio ha sido candidato al Oscar por su labor interpretativa, tres las que lo ha hecho acompañado de su mentor Scorsese, demasiadas las ocasiones en las que ha tenido que cubrir el hueco reservado en la estantería con alguna dosis que otra de abandono hollywoodiense.


En casa ha pasado con Victoria Abril, nueve nominaciones y sólo un premio por Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto; Maribel Verdú, con diez nominaciones y dos Goya; y mejor no hablamos de Pedro Almodóvar, ocho nominaciones a mejor director y dos para adornar la estantería de El Deseo, y sin embargo dos Oscars inaugurados por el chirriante timbre de Penelope. Cifras desproporcionadas que nos definen una vez más como el país que menos defiende su cine, entre otras cosas.



Scorsese es de esos cracks del celuloide de los que la academia del glamour y el derroche de dolares se olvida. Diez nominaciones por mejor película, mejor guión y mejor director y sólo un premio por InfiltradosDicaprio ha crecido junto a Martin y su evolución no hubiera sido posible sin esa especie de simbiosis que conforman. Al principio resultaba llamativo que el neoyorkino se hubiera fijado en el chaval -que ya tiene 39 primaveras- pero juntos han parido grandes filmes de la talla de Gangs of New York o El Aviador, trabajo -este último- en el que también se coló como actor.




Apostó firmemente por la película, por su papel, incluso por su integridad física al quemarse la nariz esnifando vitaminas entre la locura de rayas que El Lobo y sus amigos nos dedican en el metraje, logró dejarnos boquiabiertos con sus dotes interpretativas y no vemos guión sin su presencia. El lobo de Wall Street es una de las mejores películas de Scorsese, con un dinamismo de tres horas, una comedia oscura, enérgica y atropelladamente divertida.




Leo se estira y va engrandeciendo su personaje -Belfort- despreciable, hiriente, hortera -muy hortera- y lo hace con un coro de secuaces, un notable Jonah Hill y otro no menos destacable Matthew Macconaughey que, paralelamente y con otra película, Dallas buyer club, se quedó con el premio que perdió Dicaprio. Por lo visto las penas en familia son menos penas, y todos tan amigos. Leo, do not despair!




jueves, 27 de febrero de 2014

Operación Palace: un fake de Jordi Èvole

Lo del domingo fue una broma, una tomadura de pelo, un experimento social-media. Fuera lo que fuese Operación Palace fue un tortazo en la historia reciente de España, un revuelo de planteamientos, un toque de atención al pueblo demócrata que se hace preguntas y busca sin desesperación respuestas. ¿Y por qué no se da prisa en buscarlas? porque está dormido, porque ni la más fuerte de las crisis y la más deprimida de las generaciones son capaces de plantearse de una u otra forma si nos engañan, si nos subestiman o nos toman por ineptos.





Muchos televidentes se sintieron ofendidos -con estas cosas no se juega, dicen- unos se quedaron con cara de bobos, apagaron la tele y a otra cosa; otros tantos se divirtieron, repasaron detalles, cayeron en la broma y rieron el chiste. Pero, ¿cúantos reflexionaron sobre la intención que arrojó el documento?, ¿Cúantos se sintieron engañados por el cuestionable relato de los hechos?. Operación Palace surgió como un reportaje de investigación sobre el 23F. El equipo de Salvados, después de muchos intentos, no pudo acceder al archivo que recoge todos los documentos que pueden esclarecer las incógnitas que provocó el golpe de estado. Así que después de mover cielo y tierra sin obtener la información adecuada ingeniaron una especie de experimento social -narrado en lo clasificado como falso documental- que recuerda en cierta manera a la expectación que causó Welles el 21 de octubre de 1938 con La Guerra de los Mundos.





La cuestión es que el fake ha provocado opiniones de todo tipo, desde los que se han sentido profundamente ofendidos y maltratados en su más honda memoria histórica y otros que han asimilado la broma, la han aplaudido y se han planteado la cuestión que Èvole lanzaba al inicio del documento: '¿Puede una mentira explicar una verdad?'. ¿Se han planteado alguna vez cúantos de los anuncios que lanzan los políticos son ciertos?; y no me refiero a las propuestas electorales sino a todo lo que se desarrolla en los escaños, los desayunos, los viajes de Estado y todos esos divertimentos que pagamos con nuestros impuestos. Luego querrán hablar de volver a 'ganar la confianza'. Si las editoriales están pensando en re-editar los libros de historia, ¿qué me están contando?. Pamplinas.




El equipo de Salvados explicó en las primeras horas tras la emisión de Operación Palace que el trabajo 'está inspirado en el documental Operación Luna de Willian Karel que explicaba la llegada a la luna como si fuese algo falso' acontecimiento histórico que siempre ha suscitado dudas sobre su veracidad. No estamos acostumbrados a este tipo de formato pero una agradece que la programación se luzca de vez en cuando con piezas que, además de ser capaces de dejarnos ojipláticos, nos pellizquen y hagan de nosotros un público más crítico, despierto y desengañado.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Don Jon

Título: Don Jon
Año: 2013
Duración: 88 minutos
País: Esados Unidos
Director: Joseph Gordon-Levitt
Guión: Joseph Gordon-Levitt
Reparto: Joseph Gordon-Levitt, Scarlet Johansson, Juliane Moore, Tony Danza, Glenne Headly, Rob Brown, Brie Larson, Jeremy Luke  
Producción: Relativity Media, Voltage Pictures, Ram Bergman Productions
Género: Comedia romántica
Valoración: *****




Ya puedes fardar de ser un tio moderno del siglo XXI, un hombre libre con el poder en tu mano saltándote toda inhibición que hablar publicamente de la masturbación no dejará de ser un tema molesto. Si eres mujer la cosa se complica y pasa de ser un acto incómodo a convertirse en una actividad  cercana a la ninfomanía individual y la prostitución. En Don Jon el protagonista es un inmaduro sexual y mental, el que se toca sin parar, tanto que llega a encontrar en el onanismo mayor placer que en el acto sexual en pareja.



Joseph Gordon-Levitt escribe, dirige y produce una película de egocentrismo más cercana al argumento de una serie adolescente que a una comedia propiamente dicha. El guión cuenta con una idea que pudo dar mucho más de si que un gracioso montaje de planos de películas porno mezclados con gestos de extasis, papeleras llenas de Klennex y el historial de un Mac inundado de enlaces guarros; sin contar con el personaje de Jon, que no da para más que para lo anterior.



Uno de sus fuertes es precisamente el montaje, expresivo y ligero que mantiene atento al espectador. Por otra parte la interpretación de Juliane Moore es de las más destacadas al igual que relegadas. La pelirroja encarna al personaje con más fondo del filme y sin embargo se queda al borde -muy injustamente- del secundario. Luego está Scarlett con un papel bastante superficial pero protagonista, un registro diferente a los que la premian pero está muy buena así que toda excusa vale.



Otro de los puntos por los que podría salvarse de la quema es por el tratamiento que hace respecto a la religión. Jon es católico practicante y así como internet, las discos y el gimnasio son sus templos la iglesia no podía ser menos que los anteriores. Aqui Gordon-Levitt es especialmente crítico y esa lectura le aporta al guión cierto espíritu de revancha además de humor. Los clichés aparecen y van tomando forma, tanta que llegan a destacar por encima de la motivación real del filme.




En definitiva, no es un rato de cine del que debamos huir pero se queda muy por debajo de lo que un tema como el que abarca podría haber ofrecido, más a nivel argumental que visual. Contar con un elenco atractivo la hace escalar en la taquilla pero poco más.